Un espacio
educativo como el nuestro, jamás podría ignorar una práctica tan dañina para la
sociedad, como los mal catalogados “accidentes” ruteros.
Tiene que
ser ejemplar el castigo a los criminales del asfalto.
Me lo dijo
ayer el doctor Arturo Vacchetta, oftalmólogo que recibe córneas para trasplante
del Hospital de Trauma.
Allí llegan
muchas personas que se convierten trágicamente en donantes de órganos.
Ellas son víctimas
de criminales equipados con armas mortales, sus licencias, que les permiten
conducir vehículos sin contar con las competencias necesarias para conducir.
¿Acaso todas
las licencias fueron entregadas tras rigurosos exámenes de vista y oído,
pruebas de manejo, exámenes psicológicos?
No. Las
municipalidades venden las licencias, las de categoría particular y las de
categoría profesional, que habilitan formalmente para conducir vehículos de
gran porte.
Contra un
pago, las municipalidades otorgan licencia a cualquiera, a seres que conducen
en la ciudad y en rutas internacionales...impunemente.
Pero ¿quién
da de comer a estos chanchos del volante? Las autoridades municipales.
Todos los
criminales deben recibir sanciones ejemplares, me refiero a penas privativas de
libertad, a reclusión que los asile de la sociedad por no menos de 10 años, y
por todo el resto de su vida en algunos casos.
Deben
recibir sanciones ejemplares todos esos criminales: los propietarios de
vehículos causantes de siniestros previsibles, los conductores ineptos
responsables de siniestros, y los FUNCIONARIOS que otorgaron las licencias de
conducir a seres incompetentes para conducir.
El 1 de
marzo, por casualidad salvaron sus vidas Hugo Rodrigo Medina, las abogadas
María José Candia Vera y Anahi Méndez Méndez, En la ocasión un trato camión
realizó una maniobra indebida que provocó una colisión con el automóvil en el que
viajaban las personas citadas.
En este caso
particular, los criminales que deben recibir sanciones ejemplares son: los dueños
de la Empresa de Transporte y Turismo Rápido Asunción SA, propietaria del
tracto camión Volvo que ocasionó el siniestro; Augusto Antonio Báez, conductor
del trato camión, y los funcionarios de la Municipalidad que expidió la
licencia de conducir a Augusto Antonio Báez.
¿Podés creer
que ni los dueños de la Empresa propietaria del tracto camión, ni el conductor
del trato camión, jamás se interesaron en saber si mataron a los ocupantes del
automóvil que destrozaron, ni en qué condiciones lograron sobrevivir sus
víctimas?
No tiene
perdón, ni los dueños de la Empresa de Transporte y Turismo Rápido Asunción SA,
ni Augusto Antonio Báez.

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